Capítulo treinta y dos.
-Busco novio-
Esperé por más de media hora y mi amiga aún no llegaba. Ni siquiera una llamada o mensaje explicando su demora, era como si la tierra se la hubiera tragado. Seguramente se le ha hecho tarde o tuvo algún inconveniente muy importante, para no explicar su gran demora.
Me sentía mal, pero no por algún problema si no por lo que los otros podrían llegar a pensar de mí. Una joven muchacha sentaba en una mesa para dos personas en una esquina aislada de cualquier persona. Sería raro.
No dude ni un segundo cuando me levanté de mi asiento y tomé mis cosas para ir por comida rápida. Tenía mucha hambre, por lo que mi estómago comenzaba a quejarse.
Subí a mi camioneta y manejé hasta el primer Automac para pedir mi orden y saciar mis necesidades.
La tarde transcurrió normal, como cualquier día. Había traído un poco de trabajo a mi casa, para no perder el tiempo.
Tenía que seleccionar algunas prendas para que combinaran. Hice mi trabajo lo mejor posible, ya que, el desfile iba a depender todo de mí. Me sentía orgullosa. Una vez que logré finalizar mi labor, guardé todos los diseños en la carpeta para luego ponerlo dentro de mi bolso.
Estaba parada en medio de mi habitación sin saber que hacer, estaba aburrida. Hasta que de repente se me vino a la cabeza una personita, Justin. Sin perder un segundo más fui a buscar mi computadora para navegar por Google. Allí me iba a decir todo lo que había echo en sus última veinticuatro horas. Con solo darle click a la primera noticia, ya sabía que él estaba en Miami.
Una sonrisa se adueñó de mi rostro. Lo veía tan feliz… Me hacía tan feliz. Aunque ya no tengamos contacto.
Todo por mi culpa, todo por mis malditos celos y mi orgullo. Él tenía derecho de ser feliz con la persona que él eligiera. Total de los errores iba aprender.
En este mismo instante me siento estúpida. Tendría que estar arreglándome para salir a bailar con mis amigas o ir algún bar. Pero no. Estoy sentada en mi escritorio buscando información sobre mi ex. Suena medio escalofriante, como si fuera una loca psicópata.
Cerré todas las pestañas y apagué mi laptop. Hoy iba a salir a divertirme.
Tomé mi móvil y marqué el número de Pay, recién al cuarto pitido ella contesta.
-Hola. – Dijo con una voz gruesa. Seguramente estaba durmiendo. Eso me pareció raro, ya que eran las 18:35 de la tarde.
-Hola Pay. – Dije. No esperé ni un segundo a que contestara para preguntarle sobre mi idea.
-Te quería preguntar si ¿Quieres que salgamos esta noche?- Le pregunté, a lo que mi amiga soltó un grito demasiado fuerte u chillón a través del móvil. Inmediatamente lo alejé de mi para que no me quedara sorda. Exagerada.
- ¿¡Enserio, no estarás haciéndome una broma de mal gusto!?- Preguntó Pay. ¿Tan raro era que yo quisiera salir? No creo.
-Te estoy hablando enserio, solo dime si quieres o no. Tan fácil como te lo dije lo puedo cancelar. – Finalicé. Soné muy grosera. Pero me molesta mucho que no me crean y me den una y más vueltas.
-Tranquila corazón, no este de mal humor que así no conseguirá ni un chico. – Exclamó con un tono bromista. Muy graciosa.
-Lo voy a dejar pasar solo por esta vez, por que tengo muchas ganas de salir. Trae ropa y accesorios que en menos de veinte minutos tienes que estar bañándote en mi casa. Un beso enorme ¡te espero! – Sin recibir un pero corté la llamada, para tomar una ducha rápida.
Estaba muy feliz. Iba a salir después de tanto tiempo. Necesito conocer a gente nueva, quiero tener un novio. Y eso es raro… muy raro.
Sin más, me despojé de cualquier prenda que cubriera mi cuerpo y entré a ducharme.
Me sentía mal, pero no por algún problema si no por lo que los otros podrían llegar a pensar de mí. Una joven muchacha sentaba en una mesa para dos personas en una esquina aislada de cualquier persona. Sería raro.
No dude ni un segundo cuando me levanté de mi asiento y tomé mis cosas para ir por comida rápida. Tenía mucha hambre, por lo que mi estómago comenzaba a quejarse.
Subí a mi camioneta y manejé hasta el primer Automac para pedir mi orden y saciar mis necesidades.
La tarde transcurrió normal, como cualquier día. Había traído un poco de trabajo a mi casa, para no perder el tiempo.
Tenía que seleccionar algunas prendas para que combinaran. Hice mi trabajo lo mejor posible, ya que, el desfile iba a depender todo de mí. Me sentía orgullosa. Una vez que logré finalizar mi labor, guardé todos los diseños en la carpeta para luego ponerlo dentro de mi bolso.
Estaba parada en medio de mi habitación sin saber que hacer, estaba aburrida. Hasta que de repente se me vino a la cabeza una personita, Justin. Sin perder un segundo más fui a buscar mi computadora para navegar por Google. Allí me iba a decir todo lo que había echo en sus última veinticuatro horas. Con solo darle click a la primera noticia, ya sabía que él estaba en Miami.
Una sonrisa se adueñó de mi rostro. Lo veía tan feliz… Me hacía tan feliz. Aunque ya no tengamos contacto.
Todo por mi culpa, todo por mis malditos celos y mi orgullo. Él tenía derecho de ser feliz con la persona que él eligiera. Total de los errores iba aprender.
En este mismo instante me siento estúpida. Tendría que estar arreglándome para salir a bailar con mis amigas o ir algún bar. Pero no. Estoy sentada en mi escritorio buscando información sobre mi ex. Suena medio escalofriante, como si fuera una loca psicópata.
Cerré todas las pestañas y apagué mi laptop. Hoy iba a salir a divertirme.
Tomé mi móvil y marqué el número de Pay, recién al cuarto pitido ella contesta.
-Hola. – Dijo con una voz gruesa. Seguramente estaba durmiendo. Eso me pareció raro, ya que eran las 18:35 de la tarde.
-Hola Pay. – Dije. No esperé ni un segundo a que contestara para preguntarle sobre mi idea.
-Te quería preguntar si ¿Quieres que salgamos esta noche?- Le pregunté, a lo que mi amiga soltó un grito demasiado fuerte u chillón a través del móvil. Inmediatamente lo alejé de mi para que no me quedara sorda. Exagerada.
- ¿¡Enserio, no estarás haciéndome una broma de mal gusto!?- Preguntó Pay. ¿Tan raro era que yo quisiera salir? No creo.
-Te estoy hablando enserio, solo dime si quieres o no. Tan fácil como te lo dije lo puedo cancelar. – Finalicé. Soné muy grosera. Pero me molesta mucho que no me crean y me den una y más vueltas.
-Tranquila corazón, no este de mal humor que así no conseguirá ni un chico. – Exclamó con un tono bromista. Muy graciosa.
-Lo voy a dejar pasar solo por esta vez, por que tengo muchas ganas de salir. Trae ropa y accesorios que en menos de veinte minutos tienes que estar bañándote en mi casa. Un beso enorme ¡te espero! – Sin recibir un pero corté la llamada, para tomar una ducha rápida.
Estaba muy feliz. Iba a salir después de tanto tiempo. Necesito conocer a gente nueva, quiero tener un novio. Y eso es raro… muy raro.
Sin más, me despojé de cualquier prenda que cubriera mi cuerpo y entré a ducharme.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario