martes, 24 de junio de 2014

I´ll Never Let You Go [24]

Capítulo Veinticuatro.


-Dudas- 


La verdad no tenía bien definido mis sentimientos. Desde que él se había ido no pude volver enamorarme de otra persona. Siempre terminaba comparándolo, sin darme cuenta. 
Sin darme cuenta me había puesto a recordar viejos tiempos, de nosotros, de Justin y de mi. Éramos tan felices juntos, no se como todo acabó. Pero todo acabo de la mejor manera posible. No sabia si estaba enamorada o no de él, si era amor o solo atracción físico que sentía por él, no lo sabía.

Traté de despejar mi mente de todo aquel pensamiento que se tratara de mi pasado. Me levanté del gran sillón negro de cuero y me dirigí hacia mi habitación. Subí las escaleras con mucha pesadez en mis pies, al pasar por el gran pasillo de color beige me encontré con una tierna y hermosa imagen. En la habitación de Justin estaban acostados en la cama Jazzy y Jaxon abrasados los dos juntos envueltos en unas finas las sábanas blancas. Sonreí al verlos.
Sentí dos brazos envolver mi cintura, haciendo que me diera vuelta bruscamente. Era Justin.
Por dios este hombre me quería dar un infarto. Como me va agarrar de esa forma y sin avisarme. Le tendría que haber pegado en sus partes débiles, al fin y al cabo no me hubiera arrepentido y él no me volvería asustar jamás en su vida.
-¡Carajo! Justin casi me das un infarto. Te das cuenta que lo que acabas de hacer está mal.- Dramaticé, y me solté de su agarre. Me separé sin pensarlo, para poder mirarlo mejor fijamente en sus ojos marrones. Él solo esbozó una sonrisa. Su típica sonrisa que enamora a todas las chica, menos a mí.
- Perdona no era mi intención asustarte. No exageres _______ tampoco era para tanto. – Dijo sin darle mucha importancia. -¿No era para tanto? ¡Casi muero! y tú me dices que no es para tanto. Eres de lo peor. –Crucé mis brazos sobre mi pecho frunciendo en ceño.
-Ya te pedí perdón. ¿Qué más quieres?- Preguntó mirándome a mis verdes ojos. «a ti te quiero»pensé. –No quiero nada, ya está. Dejemos esta pavada. Que descanses.- Dije para luego irme hacia mi cuarto, sin dejar que el me respondiera.
Me dejó con las palabras en la boca. Solo me dio las buenas noches y se fue moviendo sus caderas hacia su cuarto. Esta chica no está bien. Tal vez debe estar en su periodo, si eso debe ser.
Me encontraba parado en el medio del pasillo mirando la nada. Poco a poco pude sentir como el cansancio me iba consumiendo. Bajé a planta baja y saludé a todos los chicos, para luego irme a dormir juntos a mis hermanos.
Me desvestí y me puse un pantalón corto color azul y me mentí con mucho cuidado a la cama, sin despertar a mis hermanos. Apenas apoyé mi cabeza en la almohada blanca caí en un profundo y reconfortable sueño.

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