martes, 24 de junio de 2014

I´ll Never Let You Go [20]

Capítulo veinte.

-Halloween. Part 2 -


El viaje había sido agotador.
Nos encontrábamos bajando las escaleras del avión. Sentí como una corriente de aire chocaba contra nosotros, haciendo que todo mi cabello volara a mí alrededor.
El clima estaba un poco fresco, pero era aguantable.
Nos dirigimos hacia adentro del aeropuerto para buscar nuestro equipaje, y poder al fin ir hacia la mansión de nuestro amigo.
Cada uno llevaba su maleta, ya que era poco.
Después de la fiesta Justin nos había invitado a pasar unos días en su casa, eran como unas minis vacaciones. Por mi parte accedí a quedarme junto con mi hermano, igual que Ryan y Chaz.
Según Justin nos iban a retirar al aeropuerto a todos nosotros un chofer de Scooter. Él no iba a venir para evitar problemas con la prensa, y que sus fans lo acosaran.
Su vida ya no era la misma de antes, se notaba bastante. Es duro salir de tu casa y encontrarte con miles de Flash en tu cara haciéndote preguntas absurdas e incoherentes. Pero como él nos dijo, él eligió esa vida y no se arrepiente de haber tomado ese viaje hacia Atlanta para firmar un contrato con su actual disquera.
A veces me pongo a pensar que hubiera sido de nuestras vidas si él y Pattie no hubieran viajado, o si Scooter nunca hubiera tenido contacto con Justin. Pero no puedo responderme esa pregunta, porque no pasó y no pasará.
Justin actualmente es un ídolo pop adolescente de millones de chicas.
Él es el objetivo de todos los paparazzi y del medio artístico. Justin es alguien muy grande y lo seguirá siendo.
La verdad es que no existe una palabra para demostrar lo orgullosa que estoy de él.
No me había dado cuenta que me había quedado atrás de los chicos.
Nos estábamos dirigiendo hacia un hombre vestido con un traje negro y camisa blanca acompañado con unos lentes de sol negro. Llevaba entre sus manos un cartel blanco que tenía escrito en letra imprenta de color negro “Beadles, Butler y Somers”
Inmediatamente nos dirigimos hacia ese hombre con tez blanca my pálida y estatura que sobrepasaba el metro ochenta. A mí, me daba miedo.
Le preguntamos si él nos llevaría hacia lo de Justin y este dijo que sí.
Salimos del aeropuerto y nos subimos a una camioneta gris con los vidrios polarizados.
El camino fue silencioso, solo se escuchaba como música de fondo la radio. Todo se ponía un poco incómodo, no soportaba tanto silencio, por lo cual decidí romperlo yo misma.
-Y ¿Chicos de que se van a disfrazar? – Pregunté curiosa con una sonrisa en mi rostro. Todos inmediatamente giraron sus cabezas de la ventana para verme.
-______, no te vamos a decir, total nos vas a ver a la noche- Dijo mi hermano. Lo fulminé con mis ojos y posé mi mirada hacia la ventana, por lo cual ya podía ver algunas mansiones de Calabazas.
Ya habíamos entrado al barrio privado donde Justin vive.
A lo lejos se podía notar la casa de mi amigos siendo decorada por los decoradores que él nos había mencionada la otra noche, donde nos habíamos reunido nosotros a comer pizza en la casa de Ryan.
Según él nos había dicho que casi todas las celebridades iban asistir a la fiesta, excepto su ex novia Selena y sus amigas.
Me parecía medio raro que yo siendo su ex novia asista a su fiesta. Pero fue porque nosotros hicimos las pases para que quedáramos como mejores amigos. Como lo fuimos hace mucho.
Tal vez mi madre tendría razón. Había pasado mucho tiempo sobre nuestra ruptura y nos habíamos visto muy poco. A lo mejor todavía sentía algo por él-No puedo confirmar nada porque aún no lo he visto, pero cada vez falta menos.
Me fijé nuevamente por la ventanilla y vi que estábamos por estacionar al frente de su casa.
Sentía mariposas invadir mi panza, ¿mariposas? Mejor dicho un zoológico completo. Tragué saliva y traté de tranquilizarme, me estaba poniendo nerviosa.
Bajamos de la camioneta gris y fuimos hacia la parte trasera del auto para recoger nuestro equipaje.
El chofer nos ayudó y nos acompañó hacia la puerta de entrada. Le dimos las gracias y ansiosos todos tocamos el timbre. Sonó una vez y nadie atendía. Esperamos sentados en la puerta durante diez minutos, hasta que me paré y sacudí toda la parte trasera de mi short sacando cualquier rastro de polvo, pero era escaso.
Toqué nuevamente el timbre, pero nadie salió atendernos. Cansada y frustrada opté por tomar mi Iphone y enviarle un mensaje de texto para saber donde se había metido. A cabo de unos minutos mi celular vibró, desbloquee la pantalla y leí el mensaje.
<Lo siento, estoy llegando a casa. No se muevan, luego les explico>
Les informé a los chicos que Justin estaba llegando y que luego nos iba a explicar su demora.
Hoy aquí en California era un día soleado y bastante caluroso. Un poco raro, ya que estábamos en otoño.
Me encontraba tomando sol en una de las reposera de Justin. No era la única, ya que todos nosotros estábamos disfrutando el día que nos había tocado. A mi lado izquierdo se encontraba mi hermano muy relajado tomando un refresco fresco de Coca Cola, a mi derecha se encontraba Ryan y al frente nuestro estaba Justin con Chaz disfrutando en la gran piscina.
Poco a poco comencé a tener calor, sentía como los rayos de sol comenzaba hacer efecto en mi cuerpo. Me levanté y até mi cabello haciendo un rodete no tan alto. Y me quité mis Ray Ban, dejándolos reposados sobre la mesa junto a los refrescos.
Entré por la escalera del lado derecho y comencé a sentir un leve alivio. Por fin estaba fresca, ya no tenía calor. Sumergí todo mi cuerpo dentro del agua, pero segundos después salí por falta de aire.
Pude notar como a lo lejos de la piscina venían Chaz y Justin nadando hacia donde yo estaba. Se estaban acercando cada vez más a mí. Vi salir primero a mi amigos Chaz, segundos más tarde salió Justin.
¡Oh dios mío! Estaba todo mojado, con su pelo alborotado, se podía notar que había trabajado en su cuerpo, tenía un abdomen que cualquier hombre podía envidiar, y su sonrisa que hacia que yo pudiera caer ante sus pies. No me había dado cuenta que lo tenía al frente con su sonrisa plasmada en su rostro. La causa era porque yo sin darme me cuenta me había mordido el labio al verlo.
Me miraba con gracia. Sentí arder mis mejillas. Estaba sonrojada. Que vergüenza, nunca en mi vida había sentido algo igual o similar a esto.
Para tratar de romper la tensión decidí nadar hacia las escaleras y salí de la pileta.
Al sentarme en mi lugar sentí como Justin me llamaba. Alcé mi vista para verlo acercarse y sentarse al frente mío. Me coloqué mis lentes y me acosté, para poder seguir disfrutando del sol.
-¡Ey! ¿Por qué saliste del agua? – Preguntó Justin muy curioso. Elevé una de mis delgadas cejas y lo miré.
-Disculpa, pero solo fui para darme un chapuzón y nada más. Aparte tengo que tomar sol, hoy es la fiesta y parezco un vampiro de lo blanca que estoy. – Dije sinceramente. Era la verdad, estaba muy blanca y eso no me gustaba para nada.
-Ve el lado positivo _______, te vas a poder disfrazar de vampiro. –Exclamó con cierta gracia. Todos comenzaron a reírse por el comentario que hizo Justin. Solté un suspiro y me coloqué nuevamente mis lentes.
Volví a mi pose anterior, decidida a seguir tomando sol. Pero sentí unas manos tocar mi pierda derecha, con tan solo sentir su tacto sobre mi piel, esta se erizó inmediatamente, dándome un escalofrío en todo mi cuerpo.
-Perdona nena si te herí tus sentimientos por el comentario anterior. Solo fue una broma- Dijo. Podía notar la sinceridad en sus ojos y el arrepentimiento. Yo solo asentí con mi cabeza, dándole a entender que todo estaba bien.
Le sonreí por última vez y volví para disfrutar del bello día y trata de dorar un poco mi cuerpo.
No lo podía creer, Justin me había dicho nena, me tocó, me miró a los ojos y se disculpó por un comentario tonto. Definitivamente este era uno de los mejores días de mi vida.
Y lo mejor de todo es que esto recién comienza…

No hay comentarios.:

Publicar un comentario