Capítulo Veintiocho.
-Navidad.-
Hoy era navidad. Toda la familia se iba a reunir en nuestra casa. Íbamos a comer la famosa cena y disfrutar un rato en familia, como en los viejos tiempos.
Había venido mi hermano mayor desde Atlanta “su nuevos hogar” desde que vivía con papá no manteníamos mucho el contacto.
Según mi madre hoy iba asistir a nuestra cena su nuevo novio Adam, tenía nombre de un chico joven. Ojalá no sea un muchacho que tenga menos de treinta años, si no sería horrible. Eso no quiere decir que mamá sea grande, pero no era adecuado para una mujer que soprepasaba los treinta y pico andar con un chico que podría ser mi hermano. Además de espantoso sería raro, demasiado.
Mierda estabamos a horas de la gran cena y no tenía que ponerme. Me va agarrar una crisis nerviosa en cualquier momento. Busqué en mi guardarropa si había alguna prenda elegante, sexi, pero fina al mismo tiempo y obviamente que no haya estrenado. Después de un largo rato de estar tirando todo encontré un vestido negro al cuerpo con un escote corazón, me llegaba por encima de la rodilla, una palma más arriba. Busqué unos zapatos que combinaran con estos. Había encontrado unos zapatos rojos casi tirando a bordo, eran hermosos, tenian plataforma en la parte delantera con un taco aguja que te morias de lo hermoso que eran. A veces me preguntaba en donde compraba esta ropa, no la había visto nunca.
Una vez con mi atuendo listo lo coloqué en los pies de mi cama, para luego dirigirme hacia el baño y darme una ducha rápida.
Al salir sequé todo mi cuerpo con mi toallon verde manzana y me pasé crema por mis piernas, para hidratarlas. Tomé un short de tela color rosa con una remera de tirantes del mismo color, pero con un estampado de letras blancas que decía “PINK”. Era de Victoria Secret's. Sequé mi cabello y lo alisé con la planchita, haciendo que todas mis ondas naturales desaparecieran por completo. Luego decidí hacerme una trenza que naciera desde la raíz de mi flequillo y cayera hacia un costado. Para mi suerte me había salido el peinado, eso que era mi primera vez que lo hacía. En este mismo momento agradezco a la chica del video tutorial que me enseño. Maquillé mi rostro, muy poco, ya que me gustaba estar siempre sencilla. Apliqué base para ocultar las imperfecciones, rimel para arquear mis pestañas y para finalizar un labial rosa pastel para darle color a mi rostro. Una vez ya maquillada me pellizque mis dos mejillas para darle un rubor natural. Lista caminé hacia mi cama y tomé el vestido para colocarmelo y por ultimo mis zapatos. Estaba perfecta.
Di una última mirada al espejo para verme el cuepo completo. Estaba delgada y media pálida, tenía el rostro perfecto y el cuerpo, bueno es mi cuerpo. No entiendo como no le gusto a Justin, seguro deben ser mis cachetes, o este rollito que estuvo toda mi vida, tal vez sean mis piernas de flamenco, o es por que sea yo. Ya esta _______ él te superó ahora es tu turno de hacerlo.
Rocié mi cuello con mi perfume, para luego bajar hacia la planta baja en donde se encontraban mis dos hermanos viendo televisión. A mamá no la he visto.
- Christian donde está mamá? - Pregunté parandome frente al plasma, tratando de obstruirles la vista de lo que sea que estaban mirando. Él solo frunció en seño. Mocoso. Pensé. - Esta en la cocina arreglando la cena para cuando viniera nuestro nuevo padre. - Dijo en un tono burlón. Yo solo me limité a darle una mirada asesina por lo cual el solo respondió dandome una sonrisa de tonto. Pero que se piensa al decir que ese hombre iba a ser nuestro padre, no no no no. Christian estaba loco, seguramente lo hacía para molestarme. Di media vuelta y me dirigí hacia donde mi madre supuestamente estaría. Y si, allí estaba. Ya estaba vestida, muy elegante, pero bonita con su cabello rubio ceniza recojito por un peinado que solo ella sabía hacer. Estaba verdaderamente hermosa. Una sonrisa se adueño en mi rostro al verla tan arreglada y feliz. Esa mujer se lo merecía, demasiado.
Ayudé a mi madre a poner la mesa, ya que las chicas que se ocupaban de todo estaban seguramente por cenar con sus familias. Media hora más tarde el portero sonó haciendonos saber que el guardia que cuidaba nuestra casa había hecho pasar al novio de mi madre. Muy entusiasmada ella fue abrir la puerta. Nos puso al lado del sillón todos mis hermanos parados como soldados de menor a mayor. Yo estaba en el medio.
Escuchamos como mi madre se iba acercando y mi nervios invadieron mi estómago. ¿Como sería en novio de mi madre?
Un hombre de pelo castaño claro medio robusto gracias a sus musculos que se ocultaban bajo ese traje elegante azul. Era hermoso, su mirada tan penetrante que te miraba con esos ojos azules acusadores. Era un dios griego. ¡Carajo! Que buen gusto tenía mi madre.
Luego de presentarnos fuimos hacia en comedor y comenzamos a cenar. No faltaron las preguntas. Según el nos había comentado tenía treinta y seis años, era dueño de una cadena de hoteles. Era divorciado y tenía una hija de ocho años llamada Anabella.
Me caía bien el hombre. Con tal de que no lastimara a mi madre todo estaría bien.
La noche pasó en un abrir y cerrar de ojos. Yo ya me encontraba acostada en mi cama tratando de dormir, pero no podía. Di varias vueltas en mi gran colchón hasta que pude conciliar el sueño.
Un ruido espantoso entraba por mis oídos haciendo que mi cabeza doliera. Era mi celular. Busqué con mi mano mi móvil y atendí la llamada sin verificar quien era.
- Hola. - Dije con una voz ronca y adormilada. - Hola pequeña. - Dijo un chico al otro lado de la linea. Seguramente debe estar con su maldita sonrisa de chico perfecto. - Feliz navidad bella durmiente, aunque ya es medio tarde para dormir. - Dijo el rubio. Y tenía razón aunque no sabía que hora era. - ¿Qué hora es? - pregunté bobamente. No se pero cada vez que hablaba con él parecía un Bambi, me ponía tonta. - Son las tres de la tarde.- Dijo. -Wow, ya debo levantarme. – Exclamé con un tono burlon. Mierda me había dormido. Escuché una risa del otro lado,pero no era de Justin. Era de otra persona. - ¿con quien estas bieber? - Pregunté tratando de sonar normal, pero un poco de rabia se había notado en mi voz. - Tranquila solo estoy con Selena. Solo llamaba para saludarte y decirte feliz navidad que todos tus sueños de hagan realidad.- Dijo con una sonrisa en su rostro. No lo veía, pero lo presentía. Sin más corté la llamada. No podía soportar que él estuviera con su ex y me lo dijera como si nada. Seguramente tuvieron sexo, ellos dos se acostaron. Mi celular volvió a sonar, o lo quería escuchar entonce apague el aparato y me decidí por ir a buscar helado mientras veía una película depresiva. Tomé el pote de vainilla y el otro de chocolate. Los llevé a la sala puse play a la película y estaba lista para tener una tarde de pura tristeza y males de amores. Creo que mi destino es estar soltera. Ya odio la soledad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario