martes, 15 de julio de 2014

*Encuesta*

Hola, he creado esta encuesta para ver si mi Blog va en buen camino, de lo contrario me gustaría cambiar cosas. Para eso, como lo he nombrado anteriormente, hice una encuesta que me gustaría mucho si se tomaran unos minutitos de su tiempo para responderla. En serio, me haría muy feliz. 
Si quieres responder mi encuesta (la cual no durará más de un minutos)  haz click  Aquí

¡Gracias por tomarse el tiempo y responder!


I´ll Never Let You Go [38]


Capítulo 38

-Cita-


Apenas mi avión arribó bajamos lo más rápido posible, pero la pereza se hacía notar. Fuimos a retirar nuestro equipaje para luego poder salir e ir hacia nuestra casa y descansar, pero algo llamó mi atención. Mientras bajábamos las escaleras mecánicas donde nos llevaba a la planta baja del lugar vi a una cabellera castaña, se me hacía muy familiar, pero no lograba reconocer a la persona hasta que se dio vuelta dejando a la vista su rostro. Cameron había venido a recogerme, muy lindo detalle de su parte, nunca un chico había hecho algo similar por mí. Me sentía la chica más afortunada y feliz del mundo, de pronto todo el estrés y el cansancio desapareció como por arte de magia. Al llegar al final corrí hacia él para luego darme un cálido y acogedor abrazo, sentí sus grandes brazos trabajados arroparme junto a su pecho. Quería a este chico y no lo iba a estropear. No pasó ni un minuto y nosotros nos encontrábamos ya separado mirándonos uno al otro, el silencio se había adueñado de nosotros, pero no era incómodo, todo lo contrario. Mi sonrisa se mantuvo pegada en mi rostro durante todo el día. Había salido a tomar un helado con Cameron, hacía frío lo sé, pero no iba a rechazar su invitación.
La semana se pasó volando, por mi parte, mi relación con Cameron se estaba poniendo más sólida. Ya habíamos tenido nuestra primera cita sin faltar nuestros besos que hubo de momento a otro, estaba realmente feliz. Hoy, iba a salir a otra cita con él, a lo mejor me pedirá ser su novia o vaya a saber qué cosa. Íbamos a ir al cine, tenía muchas ganas de ver una película, pero no sabía cuál de toda la cartelera. Chris había estado saliendo con una muchacha rubia, lo cual no recuerdo su nombre en este momento, mi madre seguía con el mismo novio de antes y papá estaba cada vez más solo que un hongo. El pobre no estaba listo para encontrar una pareja, lo cual me pareció raro porque él había sido el que rompió el matrimonio de años que llevaba con mi madre. Menudo canalla. Al parecer a todos les había picado el bichito del amor, todos excepto: mi padre y Justin. El pobre siempre anda de put*as, sin ofender, sé que es un hombre y tiene sus necesidades, pero tendría que pensar un poco más, ya que, no es un adolescente normal, es una figura pública muy reconocida en todo el mundo. Hace un tiempo me había enterado que estaban recolectando firmas en Estados Unidos para deportarlo del país, pues están todos locos hoy en día. Es un adolescente, que lo dejen de molestar, suficientes problemas tiene como para tener diecinueve años. Dos golpes que provenían de mi puerta me sacaron de mis pensamientos, alguien quería entrar. Me levanté de la cama, con cierta torpeza, y me dirigí hacia ella para luego abrirla y encontrarme con mi madre muy feliz.
-¿Que pasa mamá? – Pregunté tranquilamente, mientras me volvía acostar en mi gran cama tamaño King. No la podía ver, pero si sentir, pude percibir que había cerrado la puerta tras su espalda y se dirigía hacia mi cama.
-Quería decirte que esta noche vamos a tener una cena super importante y me gustaría que te pusieras linda y arreglada cariño. –Dijo pacíficamente con su voz tan dulce que tenía. Oh no, hoy tengo una cita con Cameron, ni lo sueñes. Pensé.
-Esta noche no puedo mamá, perdóname, pero tengo una cita con Cameron y tú sabes que lo quiero un montón. No podría desperdiciar esta oportunidad tan importante. –Expresé suavemente, no quería que mi madre se pusiera mal ni se sintiera rechazada. Ella solo levanto su vista hasta donde yo estaba, pude ver como sus dos ojos celestes como el cielo iban perdiendo su brillo. Tomó mi mano entre sus suaves manos para luego decirme.
-Por favor corazón, esto es muy importante tanto como a mí como para ti. Les juro que es un asunto de vida o muerte, si quieres puedes traerlo a casa, pero no faltes. Por favor hazlo por mí. –Finalizó mirándome con suplica. ¡Oh joder! Que no me mire de esa forma, de todas formas no traeré a mi casi novio a una cena familiar, no quiero espantarlo con la inmadurez de mi hermano, no sería nada bueno. Tal vez le diré la verdad que no puedo ir, a lo mejor pospondremos nuestra cita, pero lo tengo que hacer ya. Solté un fuerte suspiro y le dije:
-Está bien mamá voy a ir a la cena, pero sin Cameron. No es nada personal, es que bueno tu sabes Chris lo espantará y no quiero eso. –Le dije claramente. Ella solo me regaló una de sus hermosas sonrisas. No es porque sea mi madre, pero que mujer más bella.
-Gracias pastelito.- Dijo alegremente mientras me plasmaba un tremendo beso en mi mejilla izquierda. Luego se retiró muy contenta de mi habitación.
Tomé mi móvil de la mesita al lado de mi cama y marqué el número de Cameron. Después de dos pitidos atendió.
-________ ¿Estas lista para esta noche? – Preguntó alegre. Como me encantaría ir.
-Hola cariño te llamaba solamente para decirte que no podré ir, surgió un tema familiar importante a último momento. Lo lamento en serio.- Dije por una vez. Fui clara y directa ¿Eso les gusta a los chicos verdad? Eso espero. Sentí que había soltado un leve suspiro. Dios mío ojalá no se enoje.
-Oh no te hagas problema bebe, tal vez lo podremos pasar para el día siguiente u otro día. –Expresó con pura sinceridad. Como me encantaba este chico.
-Claro, eso ni lo dudes, sería todo un placer ir con vos otro día, solamente lo pospondremos no lo cancelaremos. –Dije contenta. No se había enojado, eso era muy bueno.

Pasamos un rato largo charlando por teléfono, hasta que chequeé la hora y supe que era momento de colgar para alistarme.
Tomé una ducha para sacarme cualquier rastro de suciedad y luego me cambié. Opté por algo no tan formal, pero no tan informal. Algo sencillo. Me vestí con un vestido rosa pastel era recto, llegaba una palma más arriba de mi rodilla, sobre el vestido tenía un encaje blanco que se adaptaba a este. No era descubierto, para nada. Los combiné con unos zapatos taco alto negros y un tapado del mismo color sencillo. Adorné el vestuario con algunas pulseras de plata en mis muñecas, anillos en mis dedos y una cadena fina sobre mi cuello, por último me coloqué unas hebillas sobre mi lacio cabello castaño y ¡Voila! Estaba lista. Tomé mi celular y bajé hacia planta baja donde esperamos al novio de mi madre nos recogiera y fuéramos al restaurante.
Fuimos a un buen restaurante, se notaba a kilómetros que un solo plato podía alimentar a una familia entera durante una semana. Nos sentamos en una mesa para cuatro y pedimos nuestras órdenes. Antes que trajeran nuestra cena mi madre se adelantó para hablar y decir cuál era el motivo por el cual vinimos esta noche.
-Bueno bebes, tal vez se preguntarán ¿Por qué vinimos aquí a cenar?- Exclamó mi madre, a lo cual mi hermano y yo solo asentimos con nuestra cabeza. Ella prosiguió.
-Esta noche tenemos algo muy lindo, sorprendente e importante para decirles… ¡Estoy embarazada!- Dijo alegremente.
Oh ¡PAREN EL MUNDO, MI MAMÁ EMBARAZADA! No, no, no, esto debe ser un maldito sueño.
Tanto como mi rostro y el de Chris se palidecieron en el instante, estábamos más blancos que la harina y más sorprendidos. Esto iba a ser un calvario. Un bebé más en la familia era sinónimo de vómito, caca, pis, llanto y noches sin dormir.
Ojalá sea solamente una broma de mal gusto. 



****************

Pronto subiré más capítulos.  Espero que les haya gustado la novela. La novela está casi llegando a su fin, no quedan más de diez capítulos. Espero que gocen del poco tiempo que queda, un beso enorme. 


                                                Mili

                               

martes, 1 de julio de 2014

Eres tan Inalcanzable.

Eres tan inalcanzable. 

¿Sabes lo que es llorar horas y horas antes de dormir? ¿Sabes lo que se siente saber que nunca podrás tener algo con la persona que amas?

No, no lo sabes. 

Nadie sabe el dolor en mi pecho que siento cada vez que te veo con una chica. Deseando con todo mi corazón ser ella.

Mi ídolo nunca se enamoraría de una fans, de una chica que tiene el dinero justo. De alguien tan ordinaria como yo.

Nunca habrá un “Justin Bieber sale con una fans”

¿Saben porque? ... Porque soy una más del montón.

Cada noche me pregunto ¿Por que eres tan inalcanzable?

I´ll Never Let You Go [37]


Capítulo treinta y siete

-Amores y Desamores-

Los días pasaban como si fueran horas, ni cuenta me había dado que solo me quedaban tres dias, para luego marcharme y volver a mi antigua y aburrida vida en Canadá. Con Justin las cosas iban demasiado bien, le había pedido ayuda y consejos para que mi "relación" que todavía no había comenzado con Cameron. Funcionará a la perfección. Lo último que haría sería arruinarla por mis errores y caprichos hacia mi ex pareja. Estos días junto a él me habían resultado geniales, tanto como a mí como a él. Los primero días había estado un poco en shock y con mucho miedo, sobre todo a que sus beliebers lo abandonaran. Me había hecho muy mal verlo en ese estado, sabía perfectamente que él no se lo merecía, era un ser humano, cualquiera comete errores, pero lo más importante es que haya aprendido de el y no lo vuelva a cometer. Una pequeña compañía había caído en casa al segundo día de su estadía, una amiga, como ella se hacia llamar. Chantel Jeffers, según ella era una modelo amiga de Bieber. Celos hacia la muchacha no tuve en ningún momento, por mas que estuviera pegada a él en su cuello como una sucia y asquerosa garrapata. A simple vista parecia ser una chica honesta, buena y educaada, pero a mi nadie me engaña a traves de sus ojos chocolates podía ver sus intenciones. Conmigo se hacía la buenita, pero podia percibir su odio y desprecio que me tenía. La verdad no se que le pasaba, pero de todas formas no era problema mio. Hoy íbamos a salir a cenar a un restaurant todos juntos, eso también incluía a la amiga del rubio. Acostada en mi cama tamaño king, estiré mi brazo hacia la mesita de noche para tomar entre mis manos mi celular y comprobar la hora. Faltaba diez para las cinco de la tarde. Decidida me levante con mucha pereza de mi cama, haciendo a un lado mi computadora y fui hacia mi armario para tomar una prenda adecuada para la ocasión. Luego de varios minutos de una dura y complicada decisión, decidí tomar un par de jens negros con tachas bien ceñido al cuerpo, unas botas color chocolate, con una blusa color natural manga tres cuarto y un tapado del mismo color. Una vez lista me dirigí hacia mi baño para tomar una ducha larga y relajante. Mientras me daba uno de los últimos retoque de mi maquillaje sentí que tocaban mi puerta, sin pensarlo dos veces tomé mi abrigo para luego salir y bajar hacia planta baja, donde todos se encontraba, pero para mi sorpresa apenas salí de mi habitación, me encontré con Chantel. ¿Que quería ahora? - ¿Que pasa? - Le dije lo mas amable posible. -Niña no te vamos a esperar una eternidad para que estes lista. –Respondió la muchacha con cierto desprecio. Juré que en cualquier momento a esta bruja llena de botox la iba a dejar pelada. -¿Disculpame? - Dije con cierta sorpresa. - Creo que entendiste a la perfección, ahora baja, que nos queremos ir. – Exclamo Chantel para luego bajar las escaleras. ¿Qué diablo le pasa? Con cierta sorpresa baje silenciosamente para encontrarme a todos. Justin, chantel y Pattie viajaban en un auto, mientras que por el otro lado estabamos Chris, mi padre, mi madre, mi otro hermano y yo. El viaje no duró demasiado, en tan solo quince minutos nos encontrábamos entrando al establecimiento donde íbamos a cenar. En toda la cena la atención fue dirigida hacia Chantel, ya que, era la única que nosotros no conocíamos a pulmón. Por el otro lado, ella, se notaba que estaba muy feliz que todos le prestábamos atención. Por mi lado, hice caso omiso. Ahora algo no entendía, como esa chica podía ser modelo, con todo mi respeto lo digo. Puede tener un cuerpo hermoso y espectacular, pero su rostro no era del más bonito que digamos. Puedo decir que hay modelos más lindas que ella. Juro que la próxima vez iba a traer a Pay, todo era tan aburrido sin ella. No me había dado cuenta que nuestro mozo venía con toda nuestra cena, gracias a dios, por que ya me estaba muriendo de hambre. Comí mi sushi en silencio, aislada a todos los demás. No me gustaba para nada las cenas que solamente el tema de conversación era una persona, me parecía sumamente aburrido, más si yo odiaba a esa persona. La verdad es que no la odiaba, pero me daba mala espina. Sabía completamente que ella quería su minuto de oro al lado de Bieber. Como si fuera poco podía verla de reojo susurrándole cosas al oído a Justin mientras él se reía discretamente. ¿Qué le estará diciendo? Perra. No se si eran celos o que, pero la quería ver lejos de Justin, de mi amigo. Nunca me gustó ni me cayó bien la gente que iba por conveniencia a otra. Lo detestaba. Me tragué toda la mala onda y mis comentarios para no armar ningún problema en esta cena familiar. Bueno, mejor dicho traté. -Y dime Chantel ¿que eres exactamente de Justin? – Preguntó mi padre. Apenas escuché esa pregunta no pude evitar toser, pero de sorpresa. Dios mío mi padre si que era desubicado. -Padre no seas metido es sus temas. Es su vida privada. –Escupí con cierto desprecio pero a la vez traté de sonar educada. Ella solo se limitó a levantar su ceja izquierda mientras me miraba con una sonrisa. Perra, me quieres provocar. Esperó unos segundos para luego responderme. -No te hagas ningún problema _______.-Dijo mientras me dirigía una leve sonrisa, pero abrió de nuevo la boca. –Por ahora Justin y yo no somos nada, solamente amigos. – Exclamó dulcemente. Muy bien, tengo que relajarme, no armar ningún problema. Tengo que mantenerme en mi lugar como buena señorita que soy. ¡POR AHORA! Eso no me gustó para nada. Ya ni se por que me pongo así por una muchacha que no vale nada…estoy muy perdida. El resto de la noche no dije ni una palabra más, pude sentir varias veces los ojos de Justin encima de mí pero no le di la menor importancia. Yo tenía que seguir con mi vida, como él lo está haciendo. Al llegar a casa subí rápidamente hacia mi cuarto, como si estuviera escapando de un gran monstruo. Estar cerca de Justin y de Chantel me sofocaba. Corrí hacia mi cuarto cuando estaba por abrir la puerta de mi habitación, sentí una mano cálida agarrar mi brazo. ¡Joder ojala no sea la persona que yo creo que es! Me di vuelta para comprobar quien era el dueño de esa mano y al ver quien era no lo podía creer. Está historia se estaba por repetir nuevamente. -Justin por favor suéltame.- Susurré suavemente. Lo tenía a pocos centímetros de mis labios, podía sentir hasta su respiración. Él obedeció inmediatamente, pero luego abrió la puerta de mi habitación y me empujó dentro de ella junto con él. Me tenía acorralada. Atrás mío tenía la puerta y adelante, tenía el cuerpo de Justin. No había escapatoria. Su cuerpo estaba a milímetros del mío, se podría decir que ni el viento pasaría entre nosotros. -Solo quiero hablar contigo.- Susurró cerca de mis labios. Me iba a desmayar en cualquier momento. -Nosotros no tenemos nada de que hablar.- Le respondí suavemente mientras me perdía en sus ojos marrones. -Si que hay…_______ yo te amo, en realidad nunca lo dejé de hacer.- Respondió cerca de mis labios. Abrí mis labios para responderle, pero sus labios ya estaban acariciando delicadamente los míos. -¡DESPIERTA MUJER! – Una voz masculina gritó cerca de mi oído haciendo que me exaltara y saliera un poco más corriendo de mi cama. Había sido todo un sueño, solo un sueño extraño. -¡CHRISTIAN TE VOY A MATAR, ES MEJOR QUE SALGAS CORRIENDO SI NO QUIERES MORIR!- Grité enfurecida, para luego salir corriendo tras el torpe de mí hermano. Al llegar a las escaleras me tiré encima de su gran espalda. Lo había agarrado. Pero luego me di cuenta que mi hermano había perdido el equilibrio y caímos los dos rodando por la dura y fría escalera de madera, juntos hasta el final. El dolor se había adueñado en todo mi cuerpo. -Gracias Christian, no sabes como te quiero hermano.- Exclamé con dolor sarcásticamente. Mi espalda dolía como si no hubiera un mañana. No pasó mucho tiempo cuando vimos corriendo todos hacia nuestra dirección para ver que había ocurrido. La vergüenza me había consumido, estaba todavía con mi pijama rosa adornado por ovejas blancas y sin peinar. John, mi hermano mayor, estalló en una gran carcajada, pero no duró mucho, ya que mi madre lo estaba reprendiendo. Mi padre y Pattie nos ayudaron a levantarnos. Los dos levantamos la vista hacia nuestros padres, para encontrarnos dos par de caras enojadas y preocupadas a la vez. - Los dos al living que vamos a tener una charla muy severa. –Exclamó mi madre enfurecida. Sin protestar le hicimos caso. Nos sentamos en el gran sillón negro de cuero cabizbajo, para comenzar con la charla. - ¿Ustedes dos están locos? ¿No se dan cuenta que podrían haber muerto los dos?- Dijo mi madre. Inmediatamente salí en mi defensa. -Mamá fue culp--- no me dejó terminar de hablar. -¡MAMÁ NADA! GRANDOTES PAVOS, ESO ES LO QUE SON. Ahora mismo van a tomar su desayuno y ninguno de los dos saldrá de la casa hoy.- Escupió muy enojada, para luego desaparecer hecha un fiera de la sala. Christian y yo nos miramos para luego levantarnos e ir a desayunar como todas las mañanas. Tomé un tazón de la cocina vertí en el leche y mis cereales favoritos para luego sentarme en la mesada y comer tranquilamente. Estaba muy feliz por solo el hecho que lo que había soñado anoche era solo un sueño. Desde que me levanté hasta el beso de Justin. Debía admitir que me hubiera gustado besarlo en la realidad, pero no hubiera tenido el descaro de hacerlo. Terminé mi comida, dejé el tazón blanco en el lavaplatos para luego irme hacia mi habitación. Encendí la computadora y comencé a navegar por la Web como venía haciendo todos los días. Me acosté en mi cama y entré a Twitter para responder algunos tweets y seguir a personas. Sentí dos golpes que provenían de mi puerta. Alguien estaba llamándome. Tenía tanta pereza que en vez de pararme y abrir conteste con un “pase” y pude ver entrar a la persona que menos esperaba ver en todo el día. -Hola ______, solo quería saber si estabas bien por lo que pasó hace un rato. – Preguntó dulcemente. Me había parecido un gesto muy lindo de su parte venir a verme solo para saber si estaba bien o no, después de todo ni mi madre me preguntó eso. La verdad es que estaba hecha percha, pero con el pasar de las horas el dolor se iba a ir. -Hola Justin, si estoy bien, solo fue un golpe. –Mentí, no quería preocupar a nadie por algo torpe mío y de mi hermano. Él solamente asintió con la cabeza dando a entender que había entendido, para luego verlo desaparecer sin decir nada. Bien este chico estaba loco. Sin darle la menor importancia seguí con lo que estaba haciendo anteriormente. Ya no quedaba más tiempo. Hoy me iba hacía Canadá. Iba a extrañar Atlanta, pero algún día volvería. Ya tenía hechas todas las maletas, estaba bañada, bien descansada y tenía todo listo. La casa iba a quedar vacía completamente, no solamente nos íbamos mi madre, yo y mi hermano, sino, que también Justin, Pattie y la bruja de Chantel. Ellos iban de viaje hacía Panamá para despejarse, en especial Justin, quien era el más afectado. La verdad que Chantel iba de decorado. Todos nos encontrábamos desayunando nuestro último desayuno juntos. Teníamos media hora para desayunar y luego partir hacia el aeropuerto. Al salir de casa un frío abrumador me arropó, la madrugada de Atlanta era una de las más frías, pero no tanto como la de Canadá. Mi familia subió al auto de mi padre, mientras que Justin, Pattie y Chantel iba en el auto que había rentado Bieber. Al llegar al aeropuerto nos despedimos todos, para que luego cada uno hiciera sus papeleos y tomarán el vuelo perteneciente. Esta era una despedida…una de muchas más. Debo admitir que este viaje me sirvió un montón, tanto como a mí, como para Justin. Me sentía tan bien conmigo misma solamente por haber estado en el momento que más me necesitaba Justin, mi fiel amigo y mi ex pareja. Habían pasado varios años desde que rompimos y hoy felizmente puedo admitir que ya no siento nada por él ni siquiera ya no tiene ese efecto en mi, que antes solía tener. La confusión se fue de mí ser, ahora lo veo como un amigo, como siempre tuvo que ser. Apenas llegara a Canadá iba hablar con Cameron, quería mucho tener una relación con él, no apurarme, todo a su debido tiempo. Tal vez Justin nunca fue el amor de mi vida, solo un capricho u obsesión. ¿Quién dijo que Cameron no podía ser el amor de mi vida? Soy joven, tengo diecinueve años; me queda mucho más por vivir y muchos más amores y desamores. Quizás esto es solo el comienzo.

-Mensaje-


Chicas no tuve tiempo de corregir algunos errores. Subo el capítulo aquí por 

que Guada tarda mucho en subir este capítulo y ya se lo he enviado hace como dos semanas. En fin espero que les haya gustado.

martes, 24 de junio de 2014

I´ll Never Let You Go [36]

Capítulo treinta y seis. 


-Beliebers.-


Los minutos pasaban como si fueran segundos, formando horas. Y todavía seguí el Shock.
Esto seguramente debe ser una maldita pesadilla. No podía estar ocurriendo todo esto a Justin.
Él es una muy buena persona, sin duda alguna. Aunque esto no justificaba sus malas actitudes que había tenido últimamente. Era como si estuviera perdido en medio de un pozo vacío oscuro sin fondo llamado “Fama”
Esto es el claro ejemplo que el dinero y la fama te pueden llegar a cambiar de un día para el otro, no solo eso, sino, también, la mala junta.
No tengo nada contra sus amigos niggas, pero desde que él se juntaba con ellos había cambiado.
Eran muy pocas las veces, escasas para decir verdad, que se juntaba con Ryan, a pesar que él concurría a la universidad.
Ni siquiera sabía si él estaba conforme con su “nueva vida”
Toda la culpa no la tienen sus amigos, por otro lado, él ha comenzado a tener estas actitudes desde su ruptura con su actual ex novia Selena. Ojo, no le estoy echando toda la culpa, ya que, Justin debe hacerse cargo de sus actitudes.
A pesar que ya tiene casi veinte años, él sigue comportándose como un niño entrando en la adolescencia, piensa que por tener todo el dinero del mundo y por ser exactamente “Justin Bieber el cantante reconocido mundialmente por su talento y por tener un montón de seguidoras” puede hacer lo que él quiera. Definitivamente está equivocado.
Negué con mi cabeza, en forma de reprobación por la reciente inmadurez de mi amigo. Él necesita ayuda. Pensé.

Dos horas faltaban para salir de prisión y ser libre, como un ave en pleno vuelo. Lo único que deseaba es que todo este calvario llegara a su fin. Estaba hastiado de tantos problemas, lo peor es que eran uno tras el otro. No tenía respiro, paz, nada.
Necesitaba salir de este abismo y alejarme de todo ser humano. Necesitaba tiempo a solas.
Necesitaba encontrarme a mí mismo, al chico que he perdido, por el dinero y por la fama.
Lamentablemente, solo no podía con esto.
Tenía que volver a mi antigua vida, recomenzar todo de nuevo. Volver al pasado para tratar de salvarme de esta mierda de vida que tenía.
Yo lo elegí, ahora tenía que afrontar las consecuencias del éxito, si es que se puede decir así.

Anteriormente había hecho varias pruebas hacia los policías para demostrar que no estaba drogado, fumado, ni borracho. Pasé todas las pruebas, no con éxito, si no con suerte.
La suerte del señor que me había dado, para no tener más problemas con la justicia.
Poco a poco mi mente se iba aclarando, mi vista ya no era tan nublosa como antes. Podía distinguir tranquilamente todo, ya tenía los cinco sentidos trabajando para mí.
Y caí en cuenta sobre lo que había ocurrido anteriormente conmigo.
JO-DER ¡SOY UN BASTARDO! Repetía continuamente en mi mente, mientras golpeaba mi cabeza contra la fría y gris pared de la celda. Mi vista se nublaba a causa de mis lágrimas que amenazaban por salir como cascadas por mis ojos marrones. Me encontraba en un estado de vulnerabilidad extrema, estaba verdaderamente decepcionado de mí mismo.
Selena, las Beliebers ni mi familia me perdonaría esto. Por más que digan que soy un ser humano que cometo errores como cualquiera, nadie ni nada podrán cambiar lo que pienso sobre mí en este momento.

Cada vez eran menos las ganas con las que golpeaba mi cabeza contra la dura pared, y poco a poco fui cayendo hacia el sucio suelo, donde me senté con las piernas flexionadas, para poder abrazarme. Y así estuve hasta que llegó mi padre con todos mis guardias de seguridad para sacarme de este infierno.
Dios protégeme y haz que mis Beliebers no me dejen nunca. Deseé para mis adentros. Era lo único que iba a pedir en este momento.
Era un ser lleno de nervios, ansias y miedo por salir. No quería salir de este lugar, pero tampoco quedarme. Tenía miedo de enfrentar lo que me esperaba fuera.
Seguí a mi padre hasta la entrada de la central de policías para que me dieran mis pertenencias, me cambié y me coloqué mis lentes de sol negros, para luego estar listo y enfrentar a todo lo que me esperara. Siempre con la frente bien en alto.
Al salir pude escuchar a todas las Beliebers reunidas fuera de la central cantando, brindándome apoyo.
Ellas no me habían dejado. Fue lo primero que se me vino a la cabeza.
Subía a la camioneta y saqué la mitad de mi cuerpo por la ventanilla que tenía en el techo, para saludar a todas las chicas que habían esperado por mí. Sin olvidar de sonreír para demostrarles que nada me había afectado, mientras que por dentro estaba roto, pero no era su culpa. Toda la culpa era mía y lo iba a reparar con el paso del tiempo.
Definitivamente tenía las mejores fans del mundo, digo las mejores Beliebers. Me sentía la persona más afortunada del mundo.

Al llegar al hotel donde me estaba hospedando aquí, en Miami, lo primero que hice fue subir a mi habitación para armar las maletas e irme de este lugar, donde solo me traía malos recuerdos.
Íbamos a ir un tiempo a la casa de los Beadles en Atlanta, para encontrar a mi antiguo yo.
Hace un tiempo me había enterado que los padres de mis amigos habían decidido separarse y tomar rumbos diferentes. Era lo único que sabía, por lo que me había comentado Chris cuando había venido a mi mansión. O mejor dicho a mi ex mansión, puesto que, mi representante se había encargado de venderla para luego darme el dinero que me correspondiera y buscar nueva casa que tuviera buena vibra. Aunque ahora me encargaría en dedicarme tiempo para mí.
El viaje no había sido tan largo, ya que, me había dormido todo el viaje. Al bajar del avión nos subimos al auto y el chofer manejó hasta la nueva casa del padre de los Beadles.
Para mi sorpresa la madre de los chicos estaba allí, junto al padre y toda la familia. Me sentía tan bien.
Esto era lo que necesitaba desde hace mucho tiempo, un hogar de familia que estén uno para el otro.
Mi estadía aquí iba a ser de tan solo una semana, para relajarme y poder estar estable tanto emocionalmente como físicamente.
Estaba _________ por lo cual pude notar que la “tensión” que siempre hubo entre nosotras, ya no existía. Podía ver en sus ojos que ahora solo me miraba como si fuera su amigo, eso era bueno.

Me sentía tan mal por todo lo que le estaba ocurriendo a Justin, él claramente no se lo merecía.
Se iba a quedar un par de días en la casa de mi padre. Al enterarse de todo lo que había sucedido, mi madre, habló con Jeremy para que lo trajera a Atlanta y pasara tiempo con nosotros. Era todo lo que necesitaba, tiempo en familia, volver al pasado.
Tenía que olvidar todo lo que habíamos tenido. Actualmente no tenía nada con Cameron, pero como estaban funcionando las cosas, veo algo entre nosotros pronto.
Ojalá las cosas funcionen con él. Era un chico que valía oro. Me había sacado la lotería. Sonreí al pensar eso sobre él. Creo que me estoy enamorando de Cameron y es algo muy bueno para mí.
-¡Hey! ¿en quién piensas pequeña? – Preguntó curioso Justin con una mirada pícara. Sabía exactamente lo que pensaba.
-En nadie. ¿Por qué debería pensar en una persona?- Dije tratando de sonar tranquila, aunque mi tono demostró todo lo contrario.
-mmmm no sé, tal vez porque cuando alguien está enamorado y piensa en esa persona mágicamente aparece una sonrisa como la que tenías minutos anteriores. –Dijo sonriendo. Por más que no quisiera aceptarlo había dado al blanco.
-¿Enamorada yo? Pff pero por favor Bieber, tú sabes perfectamente que no caigo en el amor. –Traté de sonar indiferente.
-Eso mismo dijiste años atrás… dos semanas después nos encontrábamos tu y yo saliendo. –Exclamó para luego salir de la cocina y dejarme con las palabras en la boca.
¿Cómo se acordaba de todas esas cosas? ¿Se seguiré importando? ¡Por dios _________, pon punto final a esta historia y sigue con tu vida por una buena vez! Me reproche, para luego tomar una manzana verde y morderla con cierta dudes.
Cuando estaba aclarando todos mis sentimientos, siempre él viene y me enreda en su juego. No podré seguir con esto, tal vez ni siquiera salga viva en esta semana.
Señor escucha por una buena vez mis plegarias y has que Justin me haga ver las estrellas… Digo, has que Justin me ayude a conquistar a Cameron. Si, era eso.
Joder estaba loca de remate. 

I´ll Never Let You Go [35]

Capítulo treinta y cinco.


-Miami. Part 2- 


- ¡Bienvenidos mis pequeños! – Gritó mi padre con alegría. Se acercó hacia nosotros y nos rodeó con sus grandes brazos en un reconfortable y cálido abrazo. Se sentía bien.
Nos había venido a buscar al aeropuerto nuestro padre, para luego llevarnos hacia su casa, donde íbamos a vivir por esta semana. 
Una mezcla de sentimientos se apoderaba de mi cuerpo. No sabía si estaba feliz, triste, decepcionada o frustrada. Era un cambio nuevo para nosotros, o más bien para mí. Traté de aislar mis pensamientos sobre ese tema, para disfrutar el poco tiempo que me quede aquí.
¿Qué me pasó? ¿Cómo pude caer tan bajo? ¿Qué pensarán mis fans de mí en este momento?
Su ídolo estaba encerrado entre cuatro paredes, por lo cual una de ellas eran solo rejas. Estaba en la cárcel.
Me arrepiento tanto en este mismo momento, debía haberle hecho caso a mi madre, a Selena, a mi manager… a todo el mundo. No debía haber tenido amigos de mala junta. Soy un desastre.
Estaba más que claro que este iba a ser el fin de mi carrera. Estaba perdido. Aunque no me importe tanto eso en este mismo instante. ¿Que pensaran de mí, mis Beliebers? Joder había metido la pata, pero bien profundo, la había cagado.
Me senté en el banquillo del rincón, apoyando mis codos en mis rodillas mientras tiraba fuertemente mi cabello. Quisiera despertarme y pensar que solo fue una horrible pesadilla.
Soy el peor ídolo del mundo.
Ni siquiera sé si sigo siendo el ídolo de mis chicas. Seguramente deben estar decepcionadas de mí.
No las merezco.
Pude reconocer a lo lejos la voz de mi padre. Había venido por mí. Ojalá nadie supiera que estaba en la cárcel. Ojalá esos malditos paparazzi no me hayan visto. Era lo único que pedía, aparte de que mis Beliebers siguieran existiendo.
Escuché pasos acercándose hasta mi celda donde me encontraba. Levanté la vista y lo vi allí parado con sus típicos pantalones de algodón y su musculosa que le hacía resaltar sus formidos brazos. Estaba mirándome con una cara de desaprobación, una cara de decepción.
Tranquilo padre, yo también estoy decepcionado de mí mismo. Pensé.
Caminé hacía las rejas, para ver si me sacaban de esa pocilga.
- ¿Me van a sacar de aquí? – Pregunté preocupado. Fue inevitable ver cómo me miraba, sus ojos se encontraban opacos, ya no existía ese brillo que tenía al mirarme.
-No. Pagué tu fianza, pero dicen que te dejaran unas ocho horas más para que recapacites y aprendas lo mal que hiciste en hacer esa carrera. ¿No ves que pudiste a ver matado una persona? ¿No pensaste que pusiste tu vida en riego? ¿Eres estúpido o qué? – Expulsó mi padre con cierta angustia.
La verdad es que no me había puesto a pensar sobre eso. Tal vez si no me arrestaran en este momento yo estaría metido dentro de una bolsa negra sin vida.
A lo mejor fue lo mejor que me hayan metido preso. ¡Auch! sonaba tan mal decir esa palabra.
-Bueno, muchas gracias. –Fue lo único que logré articular. No iba a responder sus preguntas. Di media vuelta resignado y me senté donde minutos anteriores me encontraba.
Ojalá todo esto hubiera sido una broma pesada… Lamentablemente no lo era.
-¿¡cómo que está en la cárcel!? – Grité exaltad. Esto no podría estar pasando. Todo debía ser una noticia falsa para dejarlo mal parado como otra veces. Me dije a mí misma.
No lo podía creer. Busqué mi laptop y la prendí. La porquería esta tardaba demasiado. Busqué mi teléfono desesperada, hasta que lo encontré debajo de la cama (no pregunten como llegó hasta ahí) entré a google y tecleé a la velocidad de un rayo “Justin Bieber” en segundos me iban aparecer sus últimas noticias.
Lamentablemente era cierto.
“Justin Bieber fue arrestado por conducir bajo efectos de sustancias”
El cantante canadiense de tan solo 19 años se encontraba en esta madrugada manejando su coche lujoso a toda velocidad. Al parecer se dice que estaba drogado y borracho, pero nada está confirmado por el momento.
Que decepcionadas deberán estas sus Beliebers.
¿Tomará serias medidas sobre el caso?
Apenas terminé de leer la noticia quedé inmóvil frente mi celular. Joder esto no puede estar pasando.
Cuanto te dan una mala noticia lo primero que hace el cuerpo humano es negarlo.
No lo podría creer, mi ex novio estaba metido en la cárcel. 

I´ll Never Let You Go [34]

Capítulo treinta y cuatro. 


-Miami.- 


- ¿Ya estás? - Preguntó mi hermano desde el otro lado de la puerta.
- ¡Ya Voy! - Exclamé frustrada. Ahora no podía cambiarme en paz. Terminé de colocarme mi gorrito de lana y ya estaba lista. 
Me había puesto un jean azul, unas botas negras con muy poco taco, una remera mangas largas lisa y un tapado blanco, para cubrirme y protegerme del frío. Terminé de ponerme un par de guantes y tomé mi valija, para luego salir de mi habitación e ir directo hacia el aeropuerto con Chris.
- ¿Llevan todo lo necesario? - Preguntó mi madre por décima vez. Me daba pena dejarla, pero necesitaba descansar y conocer lugares nuevos. De todas formas no se iba a quedar sola, tiene su novio que la va acompañar en todo.
-Si mamá, tenemos todo. Ahora si nos permites debemos irnos, ya llamaron a nuestro vuelo. - Dije, para luego depositarle un gran beso en su mejilla derecha y un gran abrazo, para luego poder seguir con nuestro camino.
- Vamos toma solo una copa más. - Exclamó Lil sosteniendo dos vasos de Vodka. Si más bien lo recuerdo, había tomado como si fuera agua.
Todo me daba vueltas, no podía reconocer en donde estaba, pero eso no me impedía que tomara u
Vaso más de la bebida. La tomé entre mi mano izquierda e hice fondo blanco.
Vi como dos muchachas venían aproximándose hacia la mesa donde nosotros estábamos. No eran hermosas, pero tenían un cuerpo que cualquier hombre caía embobado a sus pies. Y yo no era la excepción.
-Hola lindura. - Dijo la chica más baja de estatura, igual era más alta que yo.
-Ho…ola. - Dije. Traté de articular, pero no podía, ya que, la bebida estaba haciendo efecto en mí.
No se cómo pasó, pero de un momento a otro pero la joven se encontraba manejando mi auto. Joder sí que estaba perdido. Me dolía la cabeza como nunca, ya no veía doble gracias a dios, pero no me encontraba en mis cinco sentidos.
-Vamos bebé aceptemos la propuesta - Exclamó la rubia. No era rubia natural, pero era una rubia teñida o castaña. No logré distinguir por la escasa luz de las calles de Miami, de todas formas no me importaba.
-Bueno. - Dije no muy convencido. Correr una picada en medio de las abandonadas calles de Miami, no me gusta mucho la idea, pero si no me queda otra alternativa.
No es por miedo que me agarre la policía, si no que tengo miedo de atropellar alguna persona indefensa que se le ocurra cruzar la calle.
¿Qué más da?
Subí a mi auto en la parte del conductor y lo encendí, haciendo que el motor rugiera lo más fuerte posible, para demostrar que Bieber siempre gana. Tres personas más ubicaron sus coches al lado del mío e hicieron lo mismo que yo.
Ya estaba todo listo. Iba a competir en una picada absurda. No había vuelta atrás.