martes, 1 de julio de 2014

I´ll Never Let You Go [37]


Capítulo treinta y siete

-Amores y Desamores-

Los días pasaban como si fueran horas, ni cuenta me había dado que solo me quedaban tres dias, para luego marcharme y volver a mi antigua y aburrida vida en Canadá. Con Justin las cosas iban demasiado bien, le había pedido ayuda y consejos para que mi "relación" que todavía no había comenzado con Cameron. Funcionará a la perfección. Lo último que haría sería arruinarla por mis errores y caprichos hacia mi ex pareja. Estos días junto a él me habían resultado geniales, tanto como a mí como a él. Los primero días había estado un poco en shock y con mucho miedo, sobre todo a que sus beliebers lo abandonaran. Me había hecho muy mal verlo en ese estado, sabía perfectamente que él no se lo merecía, era un ser humano, cualquiera comete errores, pero lo más importante es que haya aprendido de el y no lo vuelva a cometer. Una pequeña compañía había caído en casa al segundo día de su estadía, una amiga, como ella se hacia llamar. Chantel Jeffers, según ella era una modelo amiga de Bieber. Celos hacia la muchacha no tuve en ningún momento, por mas que estuviera pegada a él en su cuello como una sucia y asquerosa garrapata. A simple vista parecia ser una chica honesta, buena y educaada, pero a mi nadie me engaña a traves de sus ojos chocolates podía ver sus intenciones. Conmigo se hacía la buenita, pero podia percibir su odio y desprecio que me tenía. La verdad no se que le pasaba, pero de todas formas no era problema mio. Hoy íbamos a salir a cenar a un restaurant todos juntos, eso también incluía a la amiga del rubio. Acostada en mi cama tamaño king, estiré mi brazo hacia la mesita de noche para tomar entre mis manos mi celular y comprobar la hora. Faltaba diez para las cinco de la tarde. Decidida me levante con mucha pereza de mi cama, haciendo a un lado mi computadora y fui hacia mi armario para tomar una prenda adecuada para la ocasión. Luego de varios minutos de una dura y complicada decisión, decidí tomar un par de jens negros con tachas bien ceñido al cuerpo, unas botas color chocolate, con una blusa color natural manga tres cuarto y un tapado del mismo color. Una vez lista me dirigí hacia mi baño para tomar una ducha larga y relajante. Mientras me daba uno de los últimos retoque de mi maquillaje sentí que tocaban mi puerta, sin pensarlo dos veces tomé mi abrigo para luego salir y bajar hacia planta baja, donde todos se encontraba, pero para mi sorpresa apenas salí de mi habitación, me encontré con Chantel. ¿Que quería ahora? - ¿Que pasa? - Le dije lo mas amable posible. -Niña no te vamos a esperar una eternidad para que estes lista. –Respondió la muchacha con cierto desprecio. Juré que en cualquier momento a esta bruja llena de botox la iba a dejar pelada. -¿Disculpame? - Dije con cierta sorpresa. - Creo que entendiste a la perfección, ahora baja, que nos queremos ir. – Exclamo Chantel para luego bajar las escaleras. ¿Qué diablo le pasa? Con cierta sorpresa baje silenciosamente para encontrarme a todos. Justin, chantel y Pattie viajaban en un auto, mientras que por el otro lado estabamos Chris, mi padre, mi madre, mi otro hermano y yo. El viaje no duró demasiado, en tan solo quince minutos nos encontrábamos entrando al establecimiento donde íbamos a cenar. En toda la cena la atención fue dirigida hacia Chantel, ya que, era la única que nosotros no conocíamos a pulmón. Por el otro lado, ella, se notaba que estaba muy feliz que todos le prestábamos atención. Por mi lado, hice caso omiso. Ahora algo no entendía, como esa chica podía ser modelo, con todo mi respeto lo digo. Puede tener un cuerpo hermoso y espectacular, pero su rostro no era del más bonito que digamos. Puedo decir que hay modelos más lindas que ella. Juro que la próxima vez iba a traer a Pay, todo era tan aburrido sin ella. No me había dado cuenta que nuestro mozo venía con toda nuestra cena, gracias a dios, por que ya me estaba muriendo de hambre. Comí mi sushi en silencio, aislada a todos los demás. No me gustaba para nada las cenas que solamente el tema de conversación era una persona, me parecía sumamente aburrido, más si yo odiaba a esa persona. La verdad es que no la odiaba, pero me daba mala espina. Sabía completamente que ella quería su minuto de oro al lado de Bieber. Como si fuera poco podía verla de reojo susurrándole cosas al oído a Justin mientras él se reía discretamente. ¿Qué le estará diciendo? Perra. No se si eran celos o que, pero la quería ver lejos de Justin, de mi amigo. Nunca me gustó ni me cayó bien la gente que iba por conveniencia a otra. Lo detestaba. Me tragué toda la mala onda y mis comentarios para no armar ningún problema en esta cena familiar. Bueno, mejor dicho traté. -Y dime Chantel ¿que eres exactamente de Justin? – Preguntó mi padre. Apenas escuché esa pregunta no pude evitar toser, pero de sorpresa. Dios mío mi padre si que era desubicado. -Padre no seas metido es sus temas. Es su vida privada. –Escupí con cierto desprecio pero a la vez traté de sonar educada. Ella solo se limitó a levantar su ceja izquierda mientras me miraba con una sonrisa. Perra, me quieres provocar. Esperó unos segundos para luego responderme. -No te hagas ningún problema _______.-Dijo mientras me dirigía una leve sonrisa, pero abrió de nuevo la boca. –Por ahora Justin y yo no somos nada, solamente amigos. – Exclamó dulcemente. Muy bien, tengo que relajarme, no armar ningún problema. Tengo que mantenerme en mi lugar como buena señorita que soy. ¡POR AHORA! Eso no me gustó para nada. Ya ni se por que me pongo así por una muchacha que no vale nada…estoy muy perdida. El resto de la noche no dije ni una palabra más, pude sentir varias veces los ojos de Justin encima de mí pero no le di la menor importancia. Yo tenía que seguir con mi vida, como él lo está haciendo. Al llegar a casa subí rápidamente hacia mi cuarto, como si estuviera escapando de un gran monstruo. Estar cerca de Justin y de Chantel me sofocaba. Corrí hacia mi cuarto cuando estaba por abrir la puerta de mi habitación, sentí una mano cálida agarrar mi brazo. ¡Joder ojala no sea la persona que yo creo que es! Me di vuelta para comprobar quien era el dueño de esa mano y al ver quien era no lo podía creer. Está historia se estaba por repetir nuevamente. -Justin por favor suéltame.- Susurré suavemente. Lo tenía a pocos centímetros de mis labios, podía sentir hasta su respiración. Él obedeció inmediatamente, pero luego abrió la puerta de mi habitación y me empujó dentro de ella junto con él. Me tenía acorralada. Atrás mío tenía la puerta y adelante, tenía el cuerpo de Justin. No había escapatoria. Su cuerpo estaba a milímetros del mío, se podría decir que ni el viento pasaría entre nosotros. -Solo quiero hablar contigo.- Susurró cerca de mis labios. Me iba a desmayar en cualquier momento. -Nosotros no tenemos nada de que hablar.- Le respondí suavemente mientras me perdía en sus ojos marrones. -Si que hay…_______ yo te amo, en realidad nunca lo dejé de hacer.- Respondió cerca de mis labios. Abrí mis labios para responderle, pero sus labios ya estaban acariciando delicadamente los míos. -¡DESPIERTA MUJER! – Una voz masculina gritó cerca de mi oído haciendo que me exaltara y saliera un poco más corriendo de mi cama. Había sido todo un sueño, solo un sueño extraño. -¡CHRISTIAN TE VOY A MATAR, ES MEJOR QUE SALGAS CORRIENDO SI NO QUIERES MORIR!- Grité enfurecida, para luego salir corriendo tras el torpe de mí hermano. Al llegar a las escaleras me tiré encima de su gran espalda. Lo había agarrado. Pero luego me di cuenta que mi hermano había perdido el equilibrio y caímos los dos rodando por la dura y fría escalera de madera, juntos hasta el final. El dolor se había adueñado en todo mi cuerpo. -Gracias Christian, no sabes como te quiero hermano.- Exclamé con dolor sarcásticamente. Mi espalda dolía como si no hubiera un mañana. No pasó mucho tiempo cuando vimos corriendo todos hacia nuestra dirección para ver que había ocurrido. La vergüenza me había consumido, estaba todavía con mi pijama rosa adornado por ovejas blancas y sin peinar. John, mi hermano mayor, estalló en una gran carcajada, pero no duró mucho, ya que mi madre lo estaba reprendiendo. Mi padre y Pattie nos ayudaron a levantarnos. Los dos levantamos la vista hacia nuestros padres, para encontrarnos dos par de caras enojadas y preocupadas a la vez. - Los dos al living que vamos a tener una charla muy severa. –Exclamó mi madre enfurecida. Sin protestar le hicimos caso. Nos sentamos en el gran sillón negro de cuero cabizbajo, para comenzar con la charla. - ¿Ustedes dos están locos? ¿No se dan cuenta que podrían haber muerto los dos?- Dijo mi madre. Inmediatamente salí en mi defensa. -Mamá fue culp--- no me dejó terminar de hablar. -¡MAMÁ NADA! GRANDOTES PAVOS, ESO ES LO QUE SON. Ahora mismo van a tomar su desayuno y ninguno de los dos saldrá de la casa hoy.- Escupió muy enojada, para luego desaparecer hecha un fiera de la sala. Christian y yo nos miramos para luego levantarnos e ir a desayunar como todas las mañanas. Tomé un tazón de la cocina vertí en el leche y mis cereales favoritos para luego sentarme en la mesada y comer tranquilamente. Estaba muy feliz por solo el hecho que lo que había soñado anoche era solo un sueño. Desde que me levanté hasta el beso de Justin. Debía admitir que me hubiera gustado besarlo en la realidad, pero no hubiera tenido el descaro de hacerlo. Terminé mi comida, dejé el tazón blanco en el lavaplatos para luego irme hacia mi habitación. Encendí la computadora y comencé a navegar por la Web como venía haciendo todos los días. Me acosté en mi cama y entré a Twitter para responder algunos tweets y seguir a personas. Sentí dos golpes que provenían de mi puerta. Alguien estaba llamándome. Tenía tanta pereza que en vez de pararme y abrir conteste con un “pase” y pude ver entrar a la persona que menos esperaba ver en todo el día. -Hola ______, solo quería saber si estabas bien por lo que pasó hace un rato. – Preguntó dulcemente. Me había parecido un gesto muy lindo de su parte venir a verme solo para saber si estaba bien o no, después de todo ni mi madre me preguntó eso. La verdad es que estaba hecha percha, pero con el pasar de las horas el dolor se iba a ir. -Hola Justin, si estoy bien, solo fue un golpe. –Mentí, no quería preocupar a nadie por algo torpe mío y de mi hermano. Él solamente asintió con la cabeza dando a entender que había entendido, para luego verlo desaparecer sin decir nada. Bien este chico estaba loco. Sin darle la menor importancia seguí con lo que estaba haciendo anteriormente. Ya no quedaba más tiempo. Hoy me iba hacía Canadá. Iba a extrañar Atlanta, pero algún día volvería. Ya tenía hechas todas las maletas, estaba bañada, bien descansada y tenía todo listo. La casa iba a quedar vacía completamente, no solamente nos íbamos mi madre, yo y mi hermano, sino, que también Justin, Pattie y la bruja de Chantel. Ellos iban de viaje hacía Panamá para despejarse, en especial Justin, quien era el más afectado. La verdad que Chantel iba de decorado. Todos nos encontrábamos desayunando nuestro último desayuno juntos. Teníamos media hora para desayunar y luego partir hacia el aeropuerto. Al salir de casa un frío abrumador me arropó, la madrugada de Atlanta era una de las más frías, pero no tanto como la de Canadá. Mi familia subió al auto de mi padre, mientras que Justin, Pattie y Chantel iba en el auto que había rentado Bieber. Al llegar al aeropuerto nos despedimos todos, para que luego cada uno hiciera sus papeleos y tomarán el vuelo perteneciente. Esta era una despedida…una de muchas más. Debo admitir que este viaje me sirvió un montón, tanto como a mí, como para Justin. Me sentía tan bien conmigo misma solamente por haber estado en el momento que más me necesitaba Justin, mi fiel amigo y mi ex pareja. Habían pasado varios años desde que rompimos y hoy felizmente puedo admitir que ya no siento nada por él ni siquiera ya no tiene ese efecto en mi, que antes solía tener. La confusión se fue de mí ser, ahora lo veo como un amigo, como siempre tuvo que ser. Apenas llegara a Canadá iba hablar con Cameron, quería mucho tener una relación con él, no apurarme, todo a su debido tiempo. Tal vez Justin nunca fue el amor de mi vida, solo un capricho u obsesión. ¿Quién dijo que Cameron no podía ser el amor de mi vida? Soy joven, tengo diecinueve años; me queda mucho más por vivir y muchos más amores y desamores. Quizás esto es solo el comienzo.

-Mensaje-


Chicas no tuve tiempo de corregir algunos errores. Subo el capítulo aquí por 

que Guada tarda mucho en subir este capítulo y ya se lo he enviado hace como dos semanas. En fin espero que les haya gustado.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario